Curiosity encuentra posible vida en Marte

Javier Vegas

Javier Vegas

Dos nuevos estudios de la NASA dan motivos para la esperanza de encontrar vida en Marte.

VIDEO. ¡ASOMBROSO PAISAJE EN MARTE!

El rover Curiosity está siendo una pieza fundamental en la exploración de Marte. Una de las grandes preguntas sobre el planeta rojo es saber si, en algún momento presente, o pasado, llegó a albergar vida. Dos nuevos estudios de la NASA dan motivos para la esperanza (pero todavía quedan muchas dudas en el aire).

Hay que tener muy presente, por encima de todo, que esto no quiere decir que estemos ante indicios fuertes de vida en Marte. No estamos, ni por asomo, en posición de poder afirmar que Marte tuvo vida en el pasado ni en el presente. Para eso todavía queda mucho camino por recorrer. Pero este es, sin duda, uno de los avances más importantes de la astrobiología moderna en los últimos años. Pongámonos en situación.

Imagen del suelo marciano, captada por el rover Curiosity.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS

El primer estudio publicado habla del descubrimiento de moléculas orgánicas en Marte. Este hallazgo no es enteramente nuevo. Por un lado, ya hemos encontrado moléculas orgánicas en cometas como 67P/Churyumov-Gerasimenko. Por otro, el mismo rover Curiosity había encontrado moléculas orgánicas en Marte hace algún tiempo. Lo novedoso, en este caso, es que el rover ha descubierto más moléculas orgánicas de las que se conocían hasta ahora en Marte.

Las moléculas orgánicas son los cimientos de la vida tal y como la conocemos. Así que el hecho de que Marte los tenga es muy prometedor. No quiere decir que pertenezcan a vida presente. Quizá, aunque es algo aventurado, podría tratarse de restos de antigua vida marciana. En cuyo caso existió hace unos 3 500 millones de años. Es la edad de las rocas en las que han sido detectadas. Lo que  sí parece claro, por lo menos, es que Marte tuvo, como mínimo, la oportunidad de albergar vida.

Un pasado todavía enigmático

Sabemos que Marte fue un lugar muy parecido a la Tierra en el pasado. Ambos planetas fueron lugares muy parecidos en el pasado distante. Marte tuvo océanos y, quizá, una atmósfera similar a la de la Tierra. Así que, junto a las moléculas orgánicas, todo apunta a que el planeta rojo tuvo la oportunidad de que la vida pudiese desarrollarse. Además, el conjunto de moléculas orgánicas encontrado en Marte hasta ahora es similar al de nuestro planeta.

Imagen del rover Curiosity.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/Malin Space Science Systems

Así que es  un motivo para la esperanza. Si bien no es una prueba concluyente, ni mucho menos, de que llegase a haber vida. Sin ir más lejos, un cometa tiene moléculas orgánicas y sin embargo no podría tener vida tal y como la conocemos. Porque no tiene una atmósfera, ni agua en estado líquido… Así que no es suficiente para que podamos lanzar las campanas al vuelo. Pero es un pasito más para comprender mejor el pasado del planeta rojo.

VER MÁS. ¿POR QUÉ ES MÁS SANO VIVIR EN EL CAMPO?

Y eso siempre es importante. No hay que olvidar, a fin de cuentas, que el único planeta habitado que conocemos es el nuestro. Descubrir que también la hubo en Marte, aunque fuese hace miles de millones de años, sería un descubrimiento tremendo. Nos permitiría entender mejor cuál podría ser la frecuencia de aparición de la vida en la galaxia. Pero vayamos con el otro estudio, que resulta mucho más intrigante.

La variación estacional del metano en Marte

Resulta que la cantidad de metano en la atmósfera de Marte varía a lo largo del año marciano. Como curiosidad, hay que destacar que un año marciano dura algo más de dos años terrestres. Tiene estaciones, exactamente igual que nuestro planeta. En su verano, el metano es más abundante en la atmósfera que en invierno. En un porcentaje significativo, además. Se da la particularidad de que el metano se descompone al entrar en contacto con la radiación ultravioleta del sol.

Imagen del Monte Sharp, visto desde el espacio, que muestra la ubicación del rover Curiosity, marcado en azul.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/Univ. of Arizona

Es decir, una vez sale a la atmósfera, se destruye en apenas unos pocos siglos. Por lo que tiene que haber una fuente que reponga ese metano constantemente. En la Tierra, esa fuente somos los seres vivos. El metano en nuestro planeta es de origen biológico. Sin embargo, esto no quiere decir que estemos ante una afirmación innegable de que hay vida en Marte. Porque el metano también puede producirse a partir de procesos geológicos.

No solo eso, ese metano, que procede del interior de la superficie, puede permanecer almacenado allí durante mucho tiempo. Así que puede tratarse de metano reciente (creado en los últimos milenios) o muy antiguo (creado hace miles de millones de años). Por supuesto, la posibilidad más atractiva es que se trate de metano producido por seres vivos. Quizá podría tratarse de algún tipo de bacteria que se activa en verano, liberando metano en ese momento…

El metano no es definitivo

Pero como el origen puede ser tanto biológico como geológico, no podemos interpretarlo como una señal de vida. De hecho, los investigadores tienen dos grandes objetivos en el horizonte. Por un lado, determinar si ese metano es de origen reciente o antiguo. Por otro lado, comprender si ese metano es de origen biológico o geológico. Son dos grandes desafíos para los que, seguramente, vamos a tener que ser pacientes.

Imagen del cráter Gale, en Marte, fotografiado por el rover Curiosity el 9 de agosto de 2012.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS

Porque, aunque los astrónomos creen que Curiosity quizá podría ayudarnos a avanzar en este sentido, no dispone de los mejores instrumentos para ello. El rover ExoMars, que llegará al planeta rojo en 2020, tendrá instrumentos mucho más precisos. Su misión principal, de hecho, es descubrir si Marte tiene vida, o si la tuvo en el pasado. Por lo que cabe suponer que nos podrá proporcionar respuestas mucho más concretas.

Por todo esto, estamos ante uno de los grandes descubrimientos de los últimos años respecto al planeta rojo. Pero de momento hay que ser muy cautelosos. Afirmar que hay indicios de vida, por estos hallazgos, sería apresurado. Toca tener paciencia y esperar. Pero, poco a poco, la astrobiología va avanzando en ese objetivo tan ambicioso de comprender cuál es nuestro lugar, el de la vida, en el universo.

VER MÁS: EL TORNADO QUE HA IMPACTADO AL MUNDO.