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Mario Picazo

Mario Picazo

  • Según los expertos el clima futuro de California será muy favorable a los incendios
  • El cambio climático es uno de los principales motivos de la intensificación de los fuegos 

Las llamas no dejan de arder en el sur de California desde la semana pasada y el área afectada ya alcanza una superficie de 930 kilómetros cuadrados, más que la ciudad de Nueva York.

La razón es sencilla: el avance del cambio climático. Después de hacer una evaluación extenuada del Quinto Informe de Evaluación (AR5) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el profesor Alex Hall, del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de California, ha llegado a la conclusión de que la secuencia de eventos climáticos vividos en el estado en los últimos años, será la que deberíamos esperar de ahora en adelante y con más frecuencia.

Foto: Santa Barbara County FD

El otoño es la época del año en que los incendios forestales son más comunes en la zona. Los fuertes vientos producidos por un centro de alta presión con un fuerte gradiente de presión que normalmente se encuentra en las áreas desérticas de Nevada y Utah, ayudan a desencadenar, propagar e intensificar los incendios.

A medida que el aire empujado por estos vientos del desierto se mueve hacia la costa, se cuela a través de cañones y pasos y se acelera aún más. Conocidos como “Vientos del Diablo”en el norte y “Vientos de Santa Ana” en el sur de California, se caracterizan por calentarse y secarse cuando se comprimen, haciéndose más caliente debido a la diferencia de elevación entre la meseta (origen) y la costa (destino final).

El profesor Daniel Swain del Instituto del Medioambiente de la UCLA, confirma que son los “vientos de Santa Ana” los que han estado impulsando los incendios actuales del sur, pero no descarta que escenario climático reciente también tenga mucho que ver. El período comprendido entre octubre y noviembre de 2017 fue el más cálido y el segundo más seco de la costa sur de California, incluidos Los Ángeles.

Este año, los ingredientes estaban en el lugar correcto y en el momento adecuado para que se produjese un período de fuego de otoño muy activo. Después de años de intensa sequía, el invierno pasado fue excepcionalmente húmedo, y luego llegó un verano abrasador y un otoño muy corto y seco. Toda la vegetación muy abundante de las lluvias invernales se ha convertido en el combustible ideal para los incendios, y con la primera chispa, llegaron los fuegos de Santa Rosa, y ahora los incendios mayores de Los Ángeles en el sur.

Estado de los incendidos del pasado viernes 8 de diciembre.

Octubre normalmente marca el final de la temporada de incendios activa, pero este año se ha extendido con toda su fuerza hasta como mínimo diciembre.

Según Glen McDonald, profesor del Departamento de Geografía de la UCLA, “el suroeste de Estados Unidos está experimentando un estado climático sin precedentes en el que las variaciones de temperatura y clima se han magnificado”.

McDonald lo tiene claro: ‘tendremos un año lluvioso en el que los combustibles finos crecerán y se acumularán, entonces seremos afectados por condiciones muy secas, que secarán las superficies del suelo y la vegetación; luego el combustible del año húmedo causará fuegos durante los periodos secos. Ese es el peor de todos los mundos posibles, y eso es lo que me mantiene despierto por la noche”.

Cuando se trata de la relación entre los incendios forestales de California y el cambio climático, el profesor Alex Hall enfatiza que ‘los incendios en el sur de California están muy, muy condicionados por el clima’. Según él: “si cambias el clima, se puede imaginar que los incendios también pueden cambiar, y eso es exactamente lo que hemos encontrado en investigaciones recientes”.

Foto: Brian van der Brug/Getty Images

Una de las metodologías utilizadas para estudiar la actividad de incendios en el pasado en California es el análisis de anillos de árboles. Los árboles son sensibles al agua del suelo y a la disponibilidad de humedad, por lo que los anillos brindan a los científicos información visual sobre la precipitación, la evaporación y otros patrones de temperatura. Durante los años secos, los árboles crecen menos y los anillos están más cerca. En años húmedos, el patrón es opuesto y los anillos están más separados.

Para MacDonald: “’son un archivo maravilloso de la historia climática, pero con el cambio climático aumentando el calor en estos días, variables fundamentales como la temperatura oceánica, la evaporación o el deshielo están cambiando también, y eso significa que nos dirigimos a un territorio desconocido’.

A medida que aumenta la variabilidad anual de la temperatura y la precipitación debido al cambio climático, hay un mayor contraste entre la sequía y los años húmedos, y eso puede significar un aumento considerable del riesgo de incendio en muchas áreas, especialmente en California.