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La popular ciudad costera de Bournemouth (Inglaterra) ha visto como miles de personas llegaban a sus playas pese a las recomendaciones ante el coronavirus. El fin de la cuarentena ha provocado una estampida de turistas hacia las costas, donde apenas se ve gente con mascarillas y no se respeta la distancia de seguridad. Ante la imagen, las autoridades de la ciudad han decidido cerrar las playas.
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