¿Cuánto contamina enviar un Whatsapp o email?
Javier Vegas
Por email se producen más de 48.000 toneladas de dióxido de óxido de carbono a la hora.
VIDEO. ¿CÓMO REDUCIR LA CONTAMINACIÓN?
Cada vez que mandamos un mensaje de Whatsapp, compartimos una foto o enviamos un correo electrónico también estamos produciendo contaminación. Principalmente por la necesidad de energía que se necesita este proceso, aunque también por la renovación constante de los aparatos electrónicos y servidores.
De hecho, esta polución digital se estima que genera el 2% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2), según datos publicados por un informe de la UE el pasado año.

Por email se producen más de 48.000 toneladas de dióxido de óxido de carbono a la hora.Sin embargo, esta polución digital no sólo influye el hecho de de enviar el correo electrónico, también tanto el peso de los archivos que se adjuntan como el número de destinatarios. Así, el impacto ambiental de enviar un email a diez personas se multiplica por cuatro, tal y como detallan la Agencia Francesa de Medio Ambiente.
Contaminación similar al sector aeronáutico
Según los expertos que elaboraron el documento de la UE, la polución digital es similar a la que produce el sector aeronáutico. Pero no solo eso, también irá en aumento por el incremento en el número de servidores, los dispositivos y la demanda de conexiones irá en aumento.La energía necesaria para abastecer la demanda de electricidad de los servidores se duplicará.En este sentido, un estudio elaborado por un equipo internacional de científicos estima que de toda la energía que consumen esos servidores, cerca del 40% se dedica a la refrigeración de estos aparatos.

Energía consumida por los servidores
De hecho, a medida que aumenta la demanda de tráfico de Internet y de teléfonos móviles, la industria de la información podría conducir a una explosión en el uso de la energía. Por ejemplo, actualmente, los centros de datos consumen aproximadamente 200 teravatios hora (TWh) cada año, un gasto similar al consumo energético nacional de algunos países, tal y como detalla un artículo publicado el pasado mes de septiembre en la revista Nature.