Meteopedia

Sensación térmica

¿Qué es la sensación térmica?

Se denomina «sensación térmica» a un valor de temperatura teórico (no real) que intenta expresar en grados Celsius (ºC), de manera más o menos aproximada, el frío o el calor que experimenta el cuerpo humano cuando se expone a ciertas condiciones meteorológicas.

Si bien podemos usar el termómetro para medir la temperatura del aire, esta puede no ser representativa de la temperatura que experimentan las personas. Dicha diferencia va a depender de la combinación de algunas variables que caracterizan al tiempo atmosférico. En otras palabras, según las condiciones meteorológicas, podemos sentir una temperatura mayor o menor a la del ambiente.

Es importante remarcar que las personas pueden tener cuerpos muy diferentes, y, por lo tanto, pueden percibir las temperaturas de manera distinta. Entonces, mientras que la temperatura ambiente es una variable objetiva que se mide con el termómetro, la sensación térmica es un valor totalmente subjetivo.

¿Qué factores influyen en la sensación térmica?

La sensación térmica surge de una combinación entre la temperatura ambiente, la humedad relativa y la velocidad del viento.

En líneas generales:

  • A mayor velocidad del viento, mayor sensación de frío.
  • A mayor humedad relativa, mayor sensación de calor. 

Más allá de las generalidades, la sensación térmica puede estimarse con índices que cuantifican su efecto según la época del año.

La sensación térmica en invierno

El índice “windchill” (enfriamiento por viento) se utiliza para cuantificar la sensación térmica por frío en invierno. Depende únicamente de la temperatura ambiente y la velocidad del viento.

Cuando un cuerpo se encuentra a mayor temperatura que el ambiente, entrega calor a la delgada capa de aire que lo rodea, hasta alcanzar el equilibrio térmico. Sin embargo, cuando hay viento, dicha capa se desarma contínuamente, y el cuerpo debe volver a calentar el aire a su alrededor una y otra vez, enfriándose de más. Esto mismo ocurre, por ejemplo, cuando soplamos una comida caliente para que se enfríe más rápido. 

En resumen, podemos concluir que, en invierno, a mayor velocidad del viento, mayor será la diferencia entre la temperatura del aire y la sensación térmica.

La sensación térmica en verano

El índice que cuantifica la sensación térmica en días calurosos se conoce como “heat index”, y depende tanto de la temperatura ambiente como de la humedad relativa.

Nuestro cuerpo tiene un mecanismo natural de enfriamiento: la transpiración. En días calurosos, las gotas de sudor sobre nuestra piel se evaporan y nos roban calor, ayudándonos a mantenernos frescos. Sin embargo, cuando el aire se encuentra próximo a la saturación, es decir, cuando ya no puede almacenar mucho más vapor de agua, este mecanismo se ve interrumpido, ya que a las gotas de sudor les cuesta evaporarse.

Por tal motivo, en días calurosos, a mayor humedad relativa (más cerca de la saturación), mayor será la distancia entre la temperatura y la sensación térmica.