Meteopedia

Calima

¿Qué es la calima?

La «calima» es un fenómeno meteorológico que implica la presencia de pequeñas partículas sólidas suspendidas en la atmósfera, lo suficientemente numerosas como para darle un aspecto opaco al aire. La calima es sinónimo de un ambiente turbio y crepúsculos amarillentos o anaranjados.

Las partículas que componen la calima suelen ser de polvo y arena, aunque también se pueden encontrar restos de cenizas y arcilla. El tamaño de cada partícula puede ir desde unidades menores a las micras hasta decenas de ellas.

En cualquier caso, la inhalación prolongada de estas partículas resulta perjudicial para la salud.

La calima suele durar algunos días. Por lo general, desaparece cuando se produce un cambio de masa de aire, que suele implicar un incremento del viento y, en algunas ocasiones, lluvia. Ambos fenómenos ayudan a dispersar las partículas en suspensión.

¿Qué tipos existen y cómo se forma cada uno?

Se puede distinguir dos tipos de calima según origen de sus partículas:

  • Calima tipo A: Es la calima más común. Se origina por el transporte de arena, sales del agua u otros elementos presentes en el ambiente.
  • Calima tipo B: Está relacionada a la contaminación y los incendios forestales. Respirar partículas de este tipo de calima es especialmente peligroso para la salud.

En España, por ejemplo, un caso típico de calima tipo A es el que se observa con frecuencia en las Islas Canarias (mayormente durante el invierno), cuando los vientos del sector este arrastran polvo del desierto del Sáhara hasta el archipiélago, dando lugar a una reducción significativa de la visibilidad. 

Por otra parte, la calima tipo B se puede encontrar en grandes ciudades como Madrid, principalmente en invierno y bajo condiciones de gran estabilidad atmosférica. Esto se debe a que, con la ausencia de viento y precipitaciones, además de una inversión térmica, el estancamiento de los contaminantes (procedentes del tráfico o las calefacciones) se ve muy favorecido.

¿Cómo diferenciar la calima de otros fenómenos?

La niebla y la bruma son fenómenos que, al igual que la calima, reducen la visibilidad. No obstante, mientras que estos se producen por la condensación de vapor en partículas de agua líquida, la calima se origina por la presencia de partículas sólidas. Es decir, la calima se distingue de otros fenómenos similares porque no requiere de aire húmedo para su formación. Además, a diferencia de la niebla y la bruma, la calima tiene efectos negativos en la salud.

Calima y precipitación

Cuando se origina precipitación en un ambiente con calima, sucede lo que mayormente se conoce como “lluvia de barro”. Este fenómeno se presenta cuando las gotas de agua o copos de nieve arrastran consigo a las partículas de polvo suspendidas en el aire, depositándolas sobre el suelo o cualquier objeto en superficie. 

Por otra parte, si la precipitación coincide con una calima tipo B, se puede producir lluvia ácida, que es muy perjudicial para el medio ambiente.

Efectos en la calidad del aire

La calima impacta negativamente en los índices de calidad del aire, especialmente el índice PM10 (partículas suspendidas en el aire con tamaño inferior a los 10 µm). En España, la concentración límite diaria establecida para las PM10 es de 50 µg/m3, y no se debe superar en más de 35 ocasiones por año civil.

Como ejemplo de su impacto, en febrero de 2020, durante un episodio calimoso en Canarias (España), se llegó a alcanzar una concentración de partículas muy cercana a los 2000 µg/m3, superando 40 veces el valor máximo recomendado.

Por otra parte, debe tenerse en cuenta que la calima puede contener partículas nocivas, ya que el viento suele arrastrarlas desde zonas donde se liberan sustancias contaminantes.

¿Cómo afecta a la salud?

La calima tiene efectos directos e indirectos en la salud.

Antes que nada, hay que tener presente que, gracias a su tamaño, las partículas PM10 pueden entrar a nuestro organismo a través de las vías respiratorias y llegar directamente a los pulmones.

Dentro de los principales efectos directos en la salud, encontramos los problemas respiratorios e irritación de las mucosas (obstrucción nasal, picor en los ojos y tos).  Además, si la calima es densa y persistente, puede generar broncoespasmos, dolor torácico y asma. En algunos casos, incluso la inhalación de partículas puede desencadenar una crisis de ansiedad.

Por otra parte, el efecto indirecto más importante es la reducción de la visibilidad, en mayor o menor medida. Si bien esto no afecta directamente a la salud, puede producir accidentes de tráfico y otros problemas asociados a una visión reducida.

Recomendaciones a seguir

Para mitigar los efectos de la calima, se debe poder informar a la población de riesgo con la suficiente antelación, y para eso es indispensable tener conocimiento de las predicciones meteorológicas.

En caso de calima, se recomienda mantener las ventanas cerradas, usar mascarilla si tenemos que salir al exterior, evitar el ejercicio al aire libre e ingerir abundantes líquidos para evitar la deshidratación (especialmente niños y ancianos).

¿De dónde proviene el término «calima»?

El origen del término proviene de la palabra “calina”, que, a su vez, remite al latín «caligo» o «caliginis», y se traduce como “humareda negra”, “nube” o “niebla opaca y negra”.