Meteopedia

Canícula

¿Qué es la canícula?

Se le llama «canícula» a la temporada del año donde se registran las temperaturas más altas, estadísticamente hablando. En decir, es el período más cálido del año, y depende de la climatología regional. El término es válido para ambos hemisferios, aunque el período canicular comienza con una diferencia de 6 meses entre ellos.

La canícula se determina estadísticamente para cada comarca, región o país. Por lo general, comienza pocas semanas después del verano, y coincide con el ecuador del verano astronómico.

Sin embargo, en algunos países se utiliza el término “canícula” para indicar un corto periodo de sequía que ocurre dentro de la temporada lluviosa.

¿Cuándo se produce y cuánto dura la canícula?

Sin importar el hemisferio, la canícula comienza varios días o semanas después del solsticio de verano, que sucede alrededor del 21 de junio en el hemisferio norte y alrededor del 21 de diciembre en el hemisferio sur.

No es posible establecer un inicio y un final para el período canicular, ya que la dinámica del clima es diferente en cada región. Por tal motivo, dependiendo de la zona, puede durar de 3 a 7 semanas. Aún así, debido al calentamiento global, su extensión temporal ha ido en aumento durante los últimos años.

Por otra parte, en zonas continentales (alejadas de las grandes masas de agua), la canícula comienza antes respecto a zonas con influencia marítima u oceánica más directa. Esto explica por qué el período canicular suele comenzar antes en el interior de Eurasia y después en la Península Ibérica.

¿Por qué se produce la canícula?

Si bien el solsticio de verano coincide aproximadamente con el día de mayor insolación, por extraño que parezca, el período canicular no se concentra en torno a este suceso. Esto se debe a la acción termorreguladora de los mares y océanos. 

Cuando comienza el verano astronómico, las grandes masas de agua todavía continúan “frescas” debido a los periodos fríos anteriores. Esto genera una atenuación de las temperaturas. Sin embargo, a medida que avanza el verano, los océanos almacenan calor. Por tal motivo, el efecto “refrigerante” sobre la superficie continental se reduce. Además, esto se ve potenciado con la persistencia de la radiación solar intensa, que genera un mayor calentamiento del suelo.

Por lo tanto, para que se alcancen las temperaturas más elevadas del año, tanto las superficies de agua como los suelos continentales, necesitan almacenar calor paulatinamente. Es por este motivo que la canícula sucede aproximadamente en el ecuador del verano, y más tarde cuanto más cerca de la costa nos encontremos.

Consejos para hacer frente a la canícula

El período canicular puede tener efectos adversos en la salud, debido a las altas temperaturas. Por este motivo, es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones, especialmente aconsejables para la población más vulnerable (como niños y ancianos):

  • Beber agua regularmente para evitar la deshidratación.
  • No salir en horas centrales del día, y evitar especialmente la actividad física entre las 12 y las 19 horas aproximadamente.
  • Evitar la exposición prolongada al sol. Buscar la sombra en la medida de lo posible.
  • Usar ropa cómoda y holgada, de colores claros y materiales transpirables. Preferentemente, utilizar gorra o sombrero para evitar insolaciones, y usar protección solar.
  • Evitar comidas copiosas. Es mejor comer menos cantidad y más veces al día. En lo posible, optar por comidas frescas (ensaladas, frutas).
  • Si estamos en interiores, permanecer en lugares ventilados o acondicionados.

¿Por qué se llama “canícula” a este periodo?

El origen de la terminología es bastante curioso. La palabra proviene del latín «canis», que significa “perro”. Su nombre hace referencia a la constelación “Canis maior”, que contiene a la estrella de Sirio, siendo ésta la más brillante durante algunas noches de verano en el hemisferio norte. 

En la actualidad, dicha estrella no es visible durante el periodo canicular, pero se sigue manteniendo el nombre. Recién se puede ver a comienzos de septiembre, en el cielo matutino, debido a la precesión del eje terrestre.