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Ciclón

¿Qué es un ciclón y cuáles son sus características?

Se conoce como «ciclón» a un centro de bajas presiones que se desplaza sobre la superficie provocando inestabilidad atmosférica y vientos fuertes. También se caracteriza por inducir una rotación del viento en sentido antihorario en el hemisferio norte y horario en el hemisferio sur. Además, si la capa de aire se encuentra lo suficientemente húmeda, un ciclón puede generar grandes sistemas nubosos, con tormentas intensas y abundantes precipitaciones.

Los ciclones se pueden distinguir en los mapas sinópticos a través de isobaras (líneas que unen puntos de igual presión) que se cierran sobre un área de manera más o menos circular u oval. 

Más específicamente, hablamos de ciclón o centro de baja presión cuando se observa un núcleo de bajas presiones relativas, es decir, cuando la presión desciende notablemente a medida que nos acercamos a un determinado área. La profundidad del ciclón, o, en otras palabras, el valor de la presión en su centro, va a determinar el grado de inestabilidad que puede generar y la intensidad de los vientos (a menor presión, más significativos serán sus efectos).

Como estos sistemas tienen una gran influencia en el tiempo meteorológico, es fundamental conocer dónde se ubican y cómo pueden evolucionar. 

Sin importar el hemisferio, la rotación del viento generada por un ciclón determina dos áreas de advección térmica bien diferenciadas, una donde ingresa aire más frío proveniente de latitudes mayores (al oeste del sistema) y otra donde llega aire más cálido desde latitudes menores (al este del sistema). Por tal motivo, su llegada se asocia también a un cambio abrupto de la temperatura.

Los ciclones permiten el avance de masas de aire provenientes de otras latitudes. Las zonas donde estas convergen se denominan «frentes», y, en la mayoría de los casos, cada ciclón tiene dos asociados: Un «frente frío», donde la masa de aire más fría avanza sobre la más cálida, y un «frente cálido», donde ocurre lo contrario.

Tipos de ciclones

En primera instancia, los ciclones pueden clasificarse según su estructura y proceso de formación, algo que mayormente coincide con la latitud donde se originan. Hablamos de «ciclones tropicales», «ciclones extratropicales» y «ciclones subtropicales».

  • Ciclones tropicales

Son centros de baja presión muy profundos que se desarrollan en latitudes tropicales, sobre aguas oceánicas, y se asocian con un fuerte sistema de tormentas que posee una circulación notablemente cerrada. Se diferencian del resto de los ciclones por tener un núcleo cálido, debido a su proceso de formación. También son los ciclones más peligrosos, ya que pueden provocar vientos con intensidades mayores a los 252 km/h.

Para el desarrollo de un ciclón tropical, además de ciertos factores atmosféricos combinados, se necesita que la temperatura superficial del océano supere los 26°C. Esto da lugar a un importante calentamiento del aire y, al mismo tiempo, permite una evaporación más significativa. El ciclón comienza a formarse con su centro en el área de mayor calentamiento (por eso se dice “de núcleo cálido»), donde predominan los fuertes movimientos ascendentes (convección) y se produce un mayor decaimiento de la presión. Luego, cuando el vapor asciende y se condensa, se forman los sistemas nubosos típicos y se libera “calor latente”, que actúa como combustible para el ciclón.

Los ciclones tropicales se desplazan sobre el océano mientras se profundizan, pero se debilitan al tocar tierra, ya que eso interrumpe su fuente de alimentación.

Según la intensidad de los vientos que provocan, estos sistemas puede clasificarse más específicamente:

  • Depresión tropical: El viento no supera los 62 km/h. Pueden generar lluvias intensas, pero no representan una amenaza mayor.
  • Tormenta tropical: La velocidad máxima del viento se ubica entre los 63 y los 118 km/h. Si bien este tipo de ciclones no suele causar grandes daños, el viento puede comenzar a considerarse un problema.
  • Huracán o Tifón: Los vientos superan los 119 km/h y pueden sobrepasar hasta los 252 km/h. A su vez, según su capacidad destructiva, los huracanes pueden agruparse en categorías que van de la 1 (vientos entre 119 y 153 km/h) a la 5 (vientos mayores a los 252 km/h). El nombre “huracán” es característico de los ciclones tropicales que se forman en el océano Atlántico o el Pacífico Oriental, pero se denominan «Tifón» cuando se desarrollan en el Pacífico noroccidental.

Cabe aclarar que los ciclones tropicales no pueden formarse sobre el ecuador (ni atravesarlo), dado que en dicha región la fuerza de Coriolis es nula (fuerza aparente debido a la rotación del planeta). Como esta fuerza es un factor determinante para que el viento adquiera la rotación característica de un ciclón, estos sistemas no se observan en la franja que va de los 5º a los -5º de latitud.

  • Ciclones extratropicales

Son ciclones que dominan en latitudes medias (entre los 30º a 60º de latitud), con una estructura y proceso de formación muy diferentes a los ciclones tropicales. 

Los ciclones extratropicales no tienen un potencial destructivo tan grande como los ciclones tropicales, pero aún así pueden generar vientos muy intensos y fenómenos de tiempo severo. A diferencia de estos últimos, los ciclones de latitudes medias tienen un origen dinámico, no térmico, por lo que son de núcleo frío. Para su formación no se necesita la superficie oceánica ni una temperatura determinada, sino que se desarrollan a partir de una perturbación atmosférica en altura que produce una zona de ascensos en la superficie (por eso son mucho más frecuentes que los ciclones tropicales). Esto provoca un decaimiento de la presión y convergencia de aire en capas bajas de la troposfera, lo que da inicio al desarrollo del sistema.

Estos ciclones son los más vinculados al avance de frentes, dado que favorecen desplazamientos importantes de masas de aire con temperaturas muy diferentes, algunas provenientes de regiones tropicales y otras de zonas más cercanas a los polos, algo que sólo ocurre en latitudes medias. 

El pasaje de frentes asociados a ciclones extratropicales es la principal causa de precipitaciones en latitudes medias, ya que estos sistemas se presentan como zonas de mucha inestabilidad donde el aire más cálido y húmedo asciende sobre el aire más frío y seco.

  • Ciclones subtropicales

Un ciclón subtropical es un centro de bajas presiones que puede formarse tanto en regiones tropicales como extratropicales (desde el ecuador hasta los 50° de latitud aproximadamente). Se distingue por mantener simultáneamente características de ciclones tropicales y ciclones extratropicales.

Este tipo de sistemas se desarrolla en zonas donde el gradiente vertical de temperatura es débil a moderado, es decir, donde el calentamiento en la superficie no es tán significativo (algo común en latitudes medias), pero, a diferencia de los ciclones extratropicales, su fuente principal de energía es el calor latente (algo propio de ciclones tropicales). 

Los ciclones subtropicales comienzan como ciclones extratropicales (ciclones de núcleo frío), que se desarrollan en latitudes medias a partir de una perturbación atmosférica en altura. Su transición a sistema subtropical tiene lugar gracias a un desplazamiento hacia zonas intertropicales, donde las condiciones atmosféricas son mucho más cálidas y húmedas. Cuando esto ocurre, la convección se potencia con las altas temperaturas de la superficie, y, en consecuencia, el ciclón se intensifica. Esto implica un aumento en la velocidad del viento y la adopción de ciertas características tropicales, como una circulación más cerrada, el desvanecimiento de las zonas frontales y la aparición de un “ojo” (zona central libre de nubosidad).

Los ciclones subtropicales son más propensos a formarse en la región del Atlántico norte, y pueden clasificarse en dos tipos según la intensidad de sus vientos:

  • Depresión subtropical: Los vientos del ciclón no alcanzan los 63 km/h.
  • Tormenta subtropical: Los vientos del ciclón son iguales o superiores a los 63 km/h.