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Tifón

¿Qué es un tifón?

Llamamos «tifón» a un ciclón tropical que se desarrolla en el océano Pacífico occidental. Es un sistema tormentoso, asociado a un centro de baja presión, que induce una rotación ciclónica del viento a su alrededor, en sentido antihorario en el hemisferio norte y sentido horario en el hemisferio sur. 

Los tifones pueden tener un diámetro de más de 500 km y provocar vientos sostenidos mayores a los 118 km/h, con ráfagas por encima de los 200 km/h. Además, suelen generar lluvias torrenciales y olas extremadamente grandes. Sin ir más lejos, debido al intenso gradiente de presión, suelen formarse marejadas ciclónicas que, en algunos casos, provocan grandes inundaciones en zonas costeras.

Paradójicamente, la región central del tifón se caracteriza por presentar condiciones de calma, con muy poca nubosidad y viento prácticamente nulo. Dicha zona se conoce como “ojo del tifón”.

La diferencia más importante entre los tifones y los ciclones extratropicales (o «borrascas»), es que los primeros tienen un núcleo cálido en niveles medios y altos de la atmósfera (en lugar de un núcleo frío).

Si bien los tifones son fenómenos naturales, el cambio climático generado por la actividad humana puede aumentar la frecuencia e intensidad de estos, volviéndolos más devastadores.

¿Cómo se forman los tifones y por qué se producen?

Todos los ciclones tropicales, sin importar su tipo, necesitan determinados ingredientes para su desarrollo:

  • Temperatura superficial del océano mayor a 26°C. Esto permite altos niveles de evaporación, y favorece la formación de las nubes por convección.
  • Baja cortante del viento. Tanto la dirección como la velocidad del viento no deben variar demasiado con la altura, ya que esto produciría un desacople entre las partes superior e inferior del sistema tormentoso.
  • Alta humedad relativa, desde la superficie hasta el límite superior de la troposfera.
  • Presencia de una onda en altura. Cuando una onda avanza sobre los trópicos y se encuentra con las condiciones anteriores, puede amplificarlas y dar lugar al desarrollo de un ciclón tropical.

Otro requisito indispensable para la formación de un ciclón tropical es la acción de la fuerza de Coriolis, que resulta nula en el ecuador y aumenta hacia los polos. Por este motivo, los ciclones tropicales no pueden formarse muy cerca del ecuador.

¿Cómo se clasifican?

Los tifones se clasifican en 6 categorías, según la escala de intensidades para ciclones tropicales del RSMC de Tokio:

  • Depresión tropical: Vientos sostenidos que no superan los 61 km/h.
  • Tormenta tropical: Vientos sostenidos entre 62 y 88 km/h.
  • Tormenta tropical severa: Vientos sostenidos entre 89 y 117 km/h.
  • Tifón: Vientos sostenidos entre 118 y 156 km/h.
  • Tifón muy fuerte: Vientos sostenidos entre 157 y 193 km/h.
  • Tifón violento: Vientos sostenidos que superan los 193 km/h.

¿Cuándo y dónde son más habituales?

La mayoría de los ciclones tropicales se forman en la Zona de Convergencia Intertropical, que es una franja de alta actividad convectiva ubicada entre los 10º y 20º de latitud.

Particularmente, los tifones se desplazan desde estas latitudes hacia el norte y el oeste (en el hemisferio norte), y afectan principalmente a Japón, Filipinas, Taiwán y China. De hecho, esta es la región con mayor actividad de ciclones tropicales de todo el planeta.

Por otra parte, los tifones son más propensos a formarse entre finales de junio y comienzos de septiembre (verano en el hemisferio norte).

¿En qué se diferencian un tifón y un huracán?

No existe una diferencia, ambos términos refieren al mismo fenómeno. Si el ciclón tropical se desarrolla en el margen occidental del océano Pacífico, recibe el nombre de «tifón». En cambio, si se forma sobre el Pacífico oriental, el Atlántico o el Caribe, se conoce como «huracán».