Meteopedia

Trueno

¿Qué es y cómo se produce?

Cuando se produce un rayo, el aire alrededor de la descarga se calienta y expande abruptamente, lo que genera un sonido muy potente que llamamos trueno. Cuando esto ocurre, la temperatura del aire puede superar los 30.000°C momentáneamente, pero al mezclarse con el entorno, se enfría y se comprime otra vez. Esta expansión y compresión a gran velocidad genera ondas sonoras que viajan en todas las direcciones, y explican así el fenómeno del trueno.   

Mientras más cerca nos encontremos del lugar donde se produce la descarga, más “seco” y violento vamos a escuchar el estruendo, y también más pronto. Por el contrario, mientras más lejos nos encontremos, más “apagado” y prolongado vamos a escuchar el sonido del trueno, y también con mayor retraso.

Antiguamente se pensaba que los truenos se producían cuando las nubes chocaban unas con otras. Con el correr de los siglos, la ciencia dejó en evidencia que tiene un origen totalmente diferente. 

¿Cuál es su velocidad?

Si bien el rayo y el trueno se producen en simultáneo, percibimos antes el destello de luz (relámpago) debido a que este viaja a una velocidad mayor que el sonido (aproximadamente 1 millón de veces más rápido). Mientras que la velocidad del sonido es de 343 m/s, la luz viaja a 300.000 km/s, por eso escuchamos el trueno posteriormente.

Este retraso nos permite estimar qué tan cerca estamos del lugar donde se produjo la descarga. Si contamos los segundos que pasan entre el relámpago y el trueno, y los dividimos por 3, vamos a obtener una distancia aproximada en kilómetros. 

¿Es peligroso?

El trueno no representa un peligro en sí, al margen de que pueda asustarnos bastante si la descarga se produce muy cerca. De todas formas, no deja de ser un indicador de la proximidad de una tormenta eléctrica, que puede ser peligrosa.  

Si bien las descargas “nube-tierra” no son muy frecuentes, siempre representan un riesgo. Aunque sea poco probable que nos impacte un rayo, hay que tomar las precauciones necesarias ante una tormenta eléctrica. Por ejemplo, no debemos quedarnos cerca de objetos o lugares que puedan atraer descargas, como los árboles.